Hace pocos días una buena amiga me compartió un video de un documental que se llama «Clonar a un hombre«. Mientras lo veía me emocioné en varios momentos. En muchos aspectos me sentía reconocido en lo que estas personas nombraban.
Empieza el documental con una simple pregunta: «¿qué me enseñaron a mi que debía ser un hombre? Y continúa con las reflexiones y respuestas que dan a esta y otras muchas cuestiones los hombres que protagonizan el documental. Podemos ver con claridad como el estereotipo social de la masculinidad nos atraviesa a todas. Cómo ejercemos el machismo por sentirnos integrados, parte del grupo, por miedo al fin y al cabo, a ser excluidos si nos mostramos tal como somos en esencia, si dejamos caer nuestras máscaras. Y lo hacemos inconscientemente la mayoría de las veces.
Tratamos de ajustarnos a lo que socialmente se entiende que «debe ser un hombre». Y en ese sentido, somos tan víctimas del machismo como las mujeres, aunque ellas se llevan la peor parte. Estamos hablando de una «masculinidad tóxica» no sólo para cada uno de nosotros, también para la sociedad en general.
La verdad es que me ha hecho reflexionar sobre un tema en el que me gustaría profundizar. A estas alturas de mi vida, soy consciente de los muchos introyectos machistas que tengo integrados en mi forma de actuar. Lo peor es que son automatismos. Esto me preocupa bastante, no sólo por el abuso que pueda ejercer en mi vida diaria, sino también por que lo pueda hacer en mi ámbito profesional, cuando trabajo con personas y grupos.
Es un tema que toca de lleno cuestiones troncales de la formación en Facilitación de procesos de grupo como son: el liderazgo, el rango, la gestión del poder, etc. Temas de los que, poco a poco, iré hablando en el blog.
Pero mi propuesta de esta semana es simplemente que veáis el documental. Que lo hagáis con vuestra atención puesta en la pantalla y al mismo tiempo en lo que os hace sentir. Y al finalizar os preguntéis ¿Por qué me he sentido de tal o cual manera cuando ha dicho…? ¿Qué tiene eso que ver conmigo?
No me extiendo más y os invito a dedicarle 40 minutos a ver «Clonar a un hombre», esta pequeña joya. La invitación es general, obviamente, pero, sobre todo, dirigida a los hombres que me estáis leyendo.
Dedicado a Aída, la amiga que me lo ha compartido.