Formación on-line en tiempos del covid.

Desde hace poco tiempo he decidido reactivar mi actividad on-line. Me puse a ello hace como un mes. Empecé por cambiar el aspecto de mi blog, que ha estado parado bastante tiempo. Lo que al principio fue solamente eso, un blog, ya ha pasado a ser una humilde web con un aspecto algo más profesional.

Teniendo en cuenta que toda la parte gráfica y técnica de diseño de la marca y del sitio web lo he hecho yo mismo, estoy bastante contento con el resultado. Ayudado por diversos tutoriales y bastantes horas delante del ordenador ha quedado como la ves.

Seguro que hay muchos aspectos que cualquier profesional del diseño de webs podría mejorar. Pero, por ahora, creo que cumple el objetivo básico por el cual he invertido todo este tiempo en ella. Aun así, estoy abierto a recibir sugerencias que serán bienvenidas. Ahora falta que mis conocimientos técnicos me permitan implementarlas.

¿Con qué fin me he puesto en marcha con todo esto? Bueno, los comunes a toda web. Tener visibilidad en las redes, dar a conocer tu marca, tus servicios, etc. Una forma de que el “mundo” me conozca y pueda contactar conmigo si los servicios que presto o la información que comparto les parecen útiles.

Pero además, dentro de este proceso de reactivación de mi perfil profesional, estoy preparando unos talleres vía on-line que empiezo a perfilar en este momento. En los tiempos del covid es lo que toca. Me consta que es un proceso que varios compañeros de profesión ya han emprendido.

Llevaba tiempo dándole vueltas a cómo trasladar la formación presencial al formato on-line. Tal vez no di el paso antes por la dificultad que esto entraña. ¡Es un verdadero reto!

Cuando se trabaja con personas y para las personas lo presencial adquiere una gran relevancia. Empezando por el mismo espacio de reunión y terminando por cada una de las personas que comparten la formación, todo contribuye y forma parte de la experiencia formativa. Cada sesión es un «viaje» que se sabe como empieza pero nunca hasta dónde puede llevarnos. No deja de ser un proceso más de acompañamiento del grupo, además de un proceso formativo.

Mi propósito cuando hago talleres, es siempre partir de la experiencia personal de mis alumnos a la hora de adquirir e integrar los conocimientos. Muchas de las dinámicas de trabajo que realizo en las formaciones no son fácilmente trasladables a una pantalla o una sesión de vídeo conferencia colectiva. Muchas de ellas requieren moverse por el espacio, interactuar con objetos y/o con los compañeros y compañeras, trabajar en grupos más pequeños para luego compartir todas juntas, moverse, teatralizar, pintar, bailar, etc… Aun echándole imaginación, la técnica te limita en muchos sentidos.

Además, las sesiones por vídeo conferencia suelen agotarnos mentalmente y limitan bastante las interacciones personales de «pasillo» que tanto contribuyen al clima del grupo y a la propia cohesión entre las personas que participan en las formaciones.

Por otro lado también la técnica te brinda oportunidades, como el poder participar desde diversos lugares sin tener que desplazarse ni reservar un aula. Puedes apoyarte más en la parte gráfica o vídeo gráfica, mantener un contacto más continuado con los alumnos y/o entre ellos mismos.

Creo que todos estamos en este momento haciendo un curso acelerado del uso de las herramientas y plataformas que nos conectan y permiten interactuar a través de las redes. Obviamente me refiero a todo aquello que va más allá del facebook, twitter, whatsapp, télegram, etc… Hablo de zoom, skype, meet, microsoft teams, y otras muchas que andan compitiendo por acaparar cuota de mercado.

Por otro lado, también comentar que desde hace tiempo la tecnología ha ido haciéndose hueco en la propia gestión de las actividades de equipos, empresas, grupos, asociaciones, etc. Hasta tal punto, que los profesionales que nos dedicamos a trabajar en este campo ya tenemos incorporadas algunas de estas herramientas tecnológicas como doodle para fijar fechas de reuniones, drive para trabajar con documentos compartidos, grupos de whatsapp o télegram para mantener al grupo en contacto, por supuesto las listas de correo, plataformas de gestión del trabajo como trello, slack u otras.

De hecho, hoy en día es necesario dar algo de formación en este sentido a los grupos pues les facilita mucho el trabajo, evitando así tensiones y conflictos.

¿Quién no ha visto por televisión al presidente del gobierno reunirse on-line con los presidentes autonómicos para la gestión de la pandemia? Una tecnología que hace unos años sólo estaba al alcance de unos pocos hoy en día se ha democratizado. Este tren de la tecnología está pasando por delante nuestra y no queda otra que subirse a él, aunque sea en lo más básico, si no queremos llegar a ser unos «analfabetos tecnológicos».