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La lanzadera de empleo en Facilitasana.

Lanzadera en Facilitasana

Esta semana estoy especialmente contento por un doble motivo que coincidió en una sola actividad. El primero de ellos es que la actividad consistió en una colaboración con una “lanzadera de empleo” de Cartagena. En concreto les dimos un taller cuya temática eran los “roles” en los grupos. El segundo es que el taller lo impartimos en la sede recién inaugurada de Facilitasana en la ciudad.

Todos estos elementos configuraban un reto para nosotros. Trabajamos con un grupo de personas que participan en esta lanzadera con vistas a encontrar un empleo. No conocían para nada la Facilitación, nuestra Asociación ni, por supuesto, a Lola y a mi, sus “profesores” por esa mañana.

Además era un grupo de unas 18 personas de muy diversa procedencia y características. Era el primer taller que impartíamos en la sede de Facilitasana en Cartagena. Como el espacio no es demasiado amplio, estábamos algo preocupados por cómo nos sentiríamos trabajando en él.

En el diseño del taller calibramos con detenimiento cual sería nuestra propuesta de trabajo atendiendo a todas estas características.

La psicóloga que está sosteniendo la lanzadera nos conoció en un taller de Comunicación No Violenta que impartimos el año pasado dentro de la programación de Cartagena Piensa. Hace poco acudió a otra actividad de Facilitasana y fue allí dónde se planteó la posibilidad de hacer esta colaboración. Además su coordinadora general a nivel nacional es compañera nuestras en IIFACE, también formada en Facilitación.

El resultado del taller fue muy satisfactorio. Los comentarios al final del mismo fueron muy positivos tanto respecto a lo aprendido como a la metodología empleada para hacerles llegar estos conocimientos.

Las propuestas de trabajo que les propusimos fueron, en general bastante divertidas. Nos reímos bastante a lo largo de esa mañana. Como creo que muchos ya sabréis, solemos enseñar de forma vivencial usando dinámicas de grupo con las que abordamos los contenidos teóricos.

Nos gusta que las personas que participan en las formaciones “experimenten” en sí mismos y de forma grupal los temas que vamos tratando. Entendemos que esta es la mejor forma de integrar conocimientos. De hacerse con ellos de una manera lúdica y casi sin darse cuenta.

A estas alturas ya está más que demostrado por la neurociencia la vinculación que existe entre el aprendizaje, lo emocional y lo corporal. Como más aprende el cerebro es cuando hay emociones en juego. Obviamente la risa es una poderosa emoción que además invita a seguir aprendiendo. No obstante, también ponemos en juego otras emociones en nuestros talleres. Esto es así sobre todo cuando abordamos cuestiones como el conflicto, el poder, la gestión emocional, etc. Pero no era el caso en esta ocasión.

Me gustaría resaltar algunos comentarios que nos devolvieron los participantes al final del taller. Muchos de ellos eran simplemente muestras de agradecimiento por lo aprendido y por nuestra disposición a hacer esta colaboración con la Lanzadera. Pero me gustaría resaltar un par de ellos. Una participante nos dijo que participar en el taller le había permitido “desconectar de su situación personal diaria y disfrutar la mañana”. Otra nos dijo que “en esta ocasión había profundizado en su relación con sus compañeros”.

Así que, con estas devoluciones de los alumnos, el haber comprobado qué posibilidades tienen nuestro local para este tipo de actividades y el haber dado a conocer un poquito más la Facilitación, me siento muy agradecido también.

Además había otro motivo personal que aumenta la satisfacción de ese día. Lola y yo cumplíamos nuestro 26 aniversario como pareja. ¡Qué mejor forma de celebrarlo que trabajando juntos! ¡Una jornada redonda!

Dedico esta entrada a Aida por esta oportunidad.

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